El Engaño del Evolucionismos
El darwinismo, o en otras palabras, la teoría de la evolución, fue presentado con el objeto de negar la realidad de la creación, pero en verdad resultó un disparate que no tiene nada de científico. Dicha teoría, que sostiene que la vida surgió por casualidad, de la materia inanimada, fue invalidada por la clara evidencia científica de “diseño” presente en todo lo viviente y en el universo en general.
Es así como la ciencia confirmó que es Dios el creador de todo. La propaganda llevada a cabo en la actualidad para mantener vigente la teoría de la evolución, se fundamenta únicamente en la distorsión de los descubrimientos de los investigadores, en las interpretaciones prejuiciosas, en las mentiras y en las falsedades con el ropaje de sapiencia.
Pero dicha propaganda no puede ocultar la verdad. A lo largo de los últimos 20 – 30 años ha quedado cada vez más evidenciado que la teoría de la evolución es el engaño más grande en la historia del conocimiento. Las investigaciones, en particular las realizadas después del decenio de 1980, han revelado que los supuestos del darwinismo son totalmente infundados, según lo han expresado una gran cantidad de estudiosos. Muchos de éstos de distintos campos como la biología, la bioquímica y la paleontología, en particular en los EEUU, reconocen que el darwinismo quedó desautorizado y para explicar el origen de la vida emplean el concepto de diseño inteligente. Se trata de decir, de una manera científica, que Dios creó todo lo viviente.
En muchos de nuestros trabajos hemos examinado pormenorizadamente ―y lo seguimos haciendo― desde el ángulo científico el colapso de la teoría de la evolución y las pruebas de la creación. Dada la enorme importancia del tema, será de gran beneficio resumirlo aquí.
El Colapso Científico del Darwinismo
Charles Darwin
|
Aunque la teoría de la evolución es una doctrina que se remonta a la Grecia Antigua, adquirió un amplio desarrollo en el siglo XIX. El trabajo más importante en el mundo científico fue el libro de Charles Darwin El Origen de las Especies, publicado en 1859. Allí el autor niega que Dios creó una por una la gran variedad de lo viviente en la Tierra y sostiene que todas las criaturas del planeta tienen un ancestro común a partir del cual se diversificaron con el paso del tiempo a través de pequeños cambios.
Dicha teoría no tiene ningún basamento científico, lo cual fue aceptado por su propio autor al decir que se trataba solamente de una “suposición”. Además, en un extenso capítulo confesó que sus suposiciones se desvanecían frente a muchas cuestiones cruciales.
Darwin puso todas sus esperanzas en que nuevos descubrimientos científicos resolverían las “dificultades de su teoría”. Pero contrariamente a lo esperado, esos descubrimientos expandieron la dimensión de las contrariedades.
Se puede pasar revista a la derrota del darwinismo a manos de la ciencia bajo tres tópicos.
◉ 1. La teoría no puede explicar de ninguna manera cómo se originó la vida en la Tierra.
◉2. No existe ningún descubrimiento científico que exhiba que los “mecanismos evolucionistas”, propuestos por la teoría, tuviesen algún tipo de poder para hacer evolucionar algo.
◉3. Los registros fósiles prueban exactamente lo contrario de lo que sugiere la teoría de la evolución.
En este capítulo examinaremos estos tres puntos básicos en líneas generales.
En este capítulo examinaremos estos tres puntos básicos en líneas generales.
El Primer Paso Insuperable: el Origen de la Vida
La teoría de la evolución propone que todo lo viviente se desarrolló a partir de una célula singular que emergió en la Tierra primitiva hace tres mil ochocientos millones de años. Pero dicha proposición no puede dar respuesta a una serie de interrogantes del tipo que mencionamos a continuación: ¿cómo es que una sola célula pudo generar millones de especies de vidas complejas?; si realmente ocurrió algo así, ¿por qué no se pueden encontrar sus rastros en los registros fósiles?; etc. De todos modos, primero y antes que nada, debe preguntarse respecto al primer paso del supuesto proceso evolucionista: ¿cómo se originó esa “primera” célula?
Dado que la teoría de la evolución niega la creación y no acepta ningún tipo de intervención sobrenatural, sostiene que la “primera célula” se originó por casualidad según “las leyes de la naturaleza”, sin ningún diseño, plan o arreglo previos. Según el evolucionismo, la materia inanimada tuvo que haber producido una célula viva como resultado de una serie de casualidades. Sin embargo, éste es un supuesto inconsistente hasta con las reglas más incuestionables de la biología.
“La Vida Proviene de la Vida”
Through his experiments, Louis Pasteur invalidated the idea that “life can emerge from inanimate matter,” on which the theory of evolution is based.
|
Darwin nunca se refirió al origen de la vida en su libro. La comprensión científica primitiva de aquella época se apoyaba en el supuesto de que los seres vivientes tenían una estructura muy simple. Desde la época medieval se aceptaba ampliamente la teoría de la generación espontánea, es decir, que materia inerte juntada de alguna manera da lugar a organismos vivos. Era algo común creer que los insectos provenían de los desechos de los alimentos y que los ratones provenían del trigo. Para “demostrar” dicha teoría se realizaron algunos experimentos muy peculiares. Por ejemplo, se volcó un poco de trigo sobre un pedazo de ropa sucia pues se creía que allí se originaría un ratón después de cierto tiempo.
De modo similar, se suponía que los gusanos que se veían en la carne eran una evidencia de la generación espontánea. Pero en una época posterior se comprendió que los gusanos no aparecían allí de manera espontánea sino que eran depositados por las moscas en forma de larvas, invisibles a simple vista.
En el período en que Darwin escribió El Origen de las Especies se aceptaba también de modo generalizado en el mundo científico que las bacterias pasaban a existir de la materia inerte.
Sin embargo, cinco años después de su publicación, Luis Pasteur anunció los resultados de sus prolongados estudios y experimentos, los cuales desaprobaban la generación espontánea, piedra fundamental de la teoría de Darwin. Dijo en su triunfal discurso en la Sorbona en 1864: “La doctrina de la generación espontánea no se recuperará nunca del golpe mortal propinado por este simple experimento”142.
Los defensores de la teoría de la evolución se opusieron a los descubrimientos de Pasteur durante un tiempo prolongado. No obstante, como el desarrollo de la ciencia descifraba la estructura compleja de la célula, la idea de que la vida pudo haber pasado a existir casualmente enfrentó un atolladero mayor.
Esfuerzos no Convincentes en el Siglo XX
One example of evolutionists' attempts to account for the origin of life is the Miller experiment. It was gradually realized that this experiment, initially heralded as a major advance on behalf of the theory of evolution, was invalid, and Miller was even forced to admit that very fact himself.
|
Russian biologist Alexander Oparin
|
El primer evolucionista que se ocupó del tema del origen de la vida en el siglo XX fue el conocido biólogo ruso A. O. Oparin. Con distintas tesis presentadas en el decenio de 1930, intentó demostrar que las células podían originarse de manera fortuita. Sin embargo, los estudios estaban condenados al fracaso y Oparin tuvo que hacer la siguiente confesión:
Desgraciadamente el origen de la célula sigue siendo un interrogante y el punto más oscuro en el conjunto del estudio de la evolución de los organismos.143
Los evolucionistas seguidores de Oparin llevaron a cabo experimentos para intentar resolver el problema del origen de la vida. El más conocido fue realizado por el químico norteamericano Stanley Miller en 1953. Al efecto combinó los gases que según él habían existido en la atmósfera primitiva de la Tierra, a lo que agregó energía. Miller sintetizó varias moléculas orgánicas (aminoácidos) presentes en la estructura de las proteínas.
A los pocos años se reveló que dicha prueba de laboratorio exhibida como un paso importante en la demostración de la evolución era inválida: la atmósfera usada distaba mucho de ser la pretendida. 144
Miller confesó, luego de un silencio prolongado, que el tipo de atmósfera que recreó era irreal. 145
Todos los esfuerzos evolucionistas presentados a lo largo del siglo XX para explicar el origen de la vida finalizaron en la frustración. El geoquímico Jeffrey Bada del Instituto Scripps de San Diego, acepta dicha realidad en un artículo publicado en la revista Earth en 1998:
Hoy día, mientras abandonamos el siglo XX, aún enfrentamos el problema irresuelto más grande que ya teníamos al entrar a este siglo: ¿cómo se originó la vida en la Tierra?146
La Estructura Compleja de la Vida
One of the facts nullifying the theory of evolution is the incredibly complex structure of life. The DNA molecule located in the nucleus of cells of living beings is an example of this. The DNA is a sort of databank formed of the arrangement of four different molecules in different sequences. This databank contains the codes of all the physical traits of that living being. When the human DNA is put into writing, it is calculated that this would result in an encyclopedia made up of 900 volumes. Unquestionably, such extraordinary information definitively refutes the concept of coincidence.
|
La razón primera por la que la teoría de la evolución finalizó en semejante atolladero respecto al origen de la vida, es que incluso los organismos vivientes considerados más simples tienen una estructura compleja increíble. La célula es más intrincada que cualquier producto tecnológico producido por el ser humano. Hoy día, incluso en los laboratorios más desarrollados del mundo, no se puede producir una célula reuniendo materia inorgánica.
Las condiciones requeridas para la formación de una célula son demasiado grandes como para explicarlas por medio de las casualidades. La probabilidad de que las proteínas --los “ladrillos” de la célula-- sean sintetizadas de modo casual es de una entre 10950 posibilidades para una proteína promedio constituida por 500 aminoácidos. En matemáticas, una probabilidad menor a 1/1050 es considerada, en la práctica, imposible.
La molécula de ADN, ubicada en el núcleo de la célula y que almacena la información genética, es un banco de datos increíble. Se calcula que si la información codificada en el ADN fuese puesta por escrito, se convertiría en una inmensa biblioteca de 900 volúmenes enciclopédicos con 500 páginas cada uno.
Aquí se presenta un dilema muy interesante: el ADN puede replicarse únicamente con la ayuda de algunas proteínas especializadas (enzimas). Sin embargo, la síntesis de esas enzimas se puede realizar solamente por medio de la información codificada en el ADN. Como ambos dependen uno del otro, tienen que existir simultáneamente para la réplica. Esto determina que el supuesto de que la vida se autogeneró queda eliminado sin alternativa. El profesor Leslie Orgel, evolucionista muy estimado de la Universidad San Diego de California, confiesa lo siguiente en la revista Scientific American de septiembre de 1994:
Es extremadamente improbable que las proteínas y los ácidos nucleicos, ambos estructuralmente complejos, hayan aparecido espontáneamente en el mismo lugar y al mismo tiempo. Además se presenta imposible tener a unas sin los otros. En consecuencia, a primera vista, habría que concluir que, en realidad, la vida nunca pudo haberse originado por medios químicos147
Es extremadamente improbable que las proteínas y los ácidos nucleicos, ambos estructuralmente complejos, hayan aparecido espontáneamente en el mismo lugar y al mismo tiempo. Además se presenta imposible tener a unas sin los otros. En consecuencia, a primera vista, habría que concluir que, en realidad, la vida nunca pudo haberse originado por medios químicos147
No cabe ninguna duda de que si es imposible que la vida se haya originado a partir de causas naturales, hay que aceptar entonces que la vida fue “creada” de manera sobrenatural. Esto invalida explícitamente la teoría de la evolución, cuyo propósito principal es negar la creación.
Mecanismos Imaginarios de la Evolución
Con la comprensión de que lo presentado como “mecanismos evolutivos” no posee para nada esa cualidad, tenemos el segundo punto importante que anula la teoría en cuestión.
Darwin fundamentó todo el supuesto de la evolución en los mecanismos de “selección natural”. La importancia que le dio a los mismos se evidencia en el título de su publicación: El Origen de la Especies por Medio de la Selección Natural...
El criterio de selección natural sostiene que los seres vivientes más fuertes y mejor adaptados a las condiciones naturales en las que habitan, son los que sobrevivirán en la lucha por la vida. Por ejemplo, en un rebaño de ciervos amenazado por carnívoros depredadores, sobrevivirán los más veloces. Por lo tanto el rebaño quedará integrado por los individuos más fuertes y ágiles. Pero es incuestionable que dicho mecanismo no hará que los ciervos evolucionen y se transformen en otro espécimen, por ejemplo, en caballos.
Natural selection only selects out the disfigured, weak, or unfit individuals of a species. It cannot produce new species, new genetic information, or new organs.
|
Por lo tanto, el mecanismo de selección natural no tiene ninguna capacidad evolutiva. Darwin también era consciente de esta realidad y tuvo que reconocerlo en su libro El Origen de las Especies:
La selección natural no puede hacer nada hasta que se produzcan variaciones favorables.148
El Impacto de Lamarck
Por lo tanto, ¿cómo podían ocurrir esas “variaciones favorables”? Darwin intentó responder esta pregunta desde la perspectiva de comprensión simple que la ciencia tenía en su época. Según el biólogo francés Lamarck, anterior a él, las criaturas pasaban a su descendencia los rasgos que adquirían en vida. La acumulación de esas nuevas características a lo largo de una serie de generaciones, concluiría en algún momento en la formación de una nueva especie. Por ejemplo, según Lamarck, las jirafas son el producto de la evolución a partir de los antílopes, pues éstos se esforzaban por comer las hojas más elevadas de los árboles y entonces sus cuellos fueron alargándose generación tras generación.
Darwin dio ejemplos similares en El Origen de las Especies. Por ejemplo, manifestó que algunos osos que entraban al mar en búsqueda de alimento, después de un determinado período se transformaron en ballenas. 149
Pero las leyes de la herencia descubiertas por Mendel y comprobadas por la ciencia de la genética que floreció en el siglo XX, demolió totalmente la leyenda o supuesto que sostenía que los rasgos adquiridos pasaban de una generación a otra. En consecuencia, la selección natural dejó de ocupar un lugar como mecanismo evolutivo.
El Neodarwinismo y las Mutaciones
Con el objeto de encontrar una solución, los darwinistas presentaron la “Teoría Sintética Moderna” --llamada por lo general “neodarwinismo”-- a fines del decenio de 1930. A la mutación natural el neodarwinismo agregó como “causa de variaciones favorables” las mutaciones producidas por factores externos como las radiaciones o la réplica de errores, que producen distorsiones en los genes.
Hoy día el darwinismo defiende dicho modelo, cuya teoría sostiene que millones de seres vivientes terráqueos se formaron como resultado de un proceso en el que numerosos órganos complejos, como el auditivo, de la visión, respiratorio y del vuelo, sufrieron mutaciones, es decir, desórdenes genéticos. No obstante, hay un hecho científico que socava absolutamente esa teoría: las mutaciones no provocan el desarrollo de los seres vivientes. Por el contrario, siempre les provocan daños, les disminuyen sus capacidades.
Since the beginning of the twentieth century, evolutionary biologists have sought examples of beneficial mutations by creating mutant flies. But these efforts have always resulted in sick and deformed creatures. The top picture shows the head of a normal fruit fly, and the picture on the left shows the head of a fruit fly with legs coming out of it, the result of mutation.
|
La razón de ello es muy simple: el ADN tiene una estructura muy compleja y los efectos casuales lo único que pueden hacer es dañarlo. El genetista norteamericano B. G. Ranganathan explica esto así:
Antes que nada, las mutaciones son muy raras en la naturaleza. En segundo lugar, la mayoría de ellas son dañinas puesto que son azarosas antes que cambios ordenados en la estructura de los genes. Cualquier cambio azaroso, en un sistema altamente ordenado, será para peor, no para mejor. Por ejemplo, si un terremoto sacudiese una estructura muy organizada, como la de un edificio, la única probabilidad sería que las modificaciones que sufriría no serían para su mejoramiento.150
No sorprende para nada que hasta ahora no se haya observado ningún caso de mutación provechosa, es decir, que ayude al progreso del código genético. Por el contrario, todas demostraron ser dañinas. Se ha comprendido que toda mutación presentada como “mecanismo evolutivo”, es en realidad un incidente genético que daña lo viviente y lo deja incapacitado. (El efecto más común de la mutación en los seres humanos es el cáncer). Sin duda, un mecanismo destructivo no puede ser un “mecanismo evolutivo”. La selección natural, por otra parte, “no puede hacer nada por sí misma”, como lo aceptó también Darwin. Esto nos muestra que no existe ningún “mecanismo evolutivo” en la naturaleza. Y puesto que no existe, nunca pudo o puede tener lugar algún proceso imaginario llamado evolución.
Los Registros Fósiles: Ningún Rastro de Formas Intermedias
Los registros fósiles son la más clara evidencia de que el escenario sugerido por la teoría de la evolución no aconteció.
Según la suposición darwinista, cada viviente ha surgido de un antecesor. Una especie que existió con anterioridad se transformó en otra con el paso del
tiempo. Y esa transformación se habría generado gradualmente a lo largo de millones de años. Si ese hubiese sido el caso, deberían haber existido numerosas especies intermedias en tan prolongado período.
Por ejemplo, en el pasado deberían haber vivido criaturas mitad pez mitad reptil, es decir, sumando a sus características de pez algunas de reptil. O deberían haber existido otras de tipo reptil-pájaro, con las características de pájaro incorporadas a las de reptil que ya poseían. Pero como según la teoría esas criaturas estaban en una fase de transición, serían impotentes, defectuosas y tullidas en cierto grado. Los evolucionistas denominan a esos seres hipotéticos “formas transitorias”.
Si hubiesen existido realmente, la cantidad de los mismos habría alcanzado cifras millonarias o multimillonarias en número y variedad. Darwin manifiesta en El Origen de las Especies:
Si mi teoría es correcta, innumerables variedades intermedias, que vincularían más ajustadamente todas las especies del mismo grupo, deben haber existido con seguridad... En consecuencia, evidencias de su existencia pasada podrían encontrarse solamente entre los restos fósiles.151
Living Fossils Refute Evolution |
Fossils are proof that evolution never happened. As the fossil record reveals, living things suddenly appeared together with all the characteristics they possess, and they never undergo the slightest change so long as they remain in existence. Fish have always existed as fish, insects as insects, and reptiles as reptiles. There is no scientific validity to the claim that species emerged gradually.
|
Crane Fly
Period: Cenozoic Age, Eocene Period
Age: 48-37 million years |
Sea Urchin
Period: Paleozoic Age, Carboniferous Period
Age: 295 million years |
Sun Fish
Period: Cenozoic Age, Eocene Period
Age: 54-37 million years |
Birch Tree Leaf
Period: Cenozoic Age, Eocene Period
Age: 50 million years |
Sequoia Leaf
Period: Cenozoic Age, Eocene Period
Age: 50 million years |
Starfish
Period: Paleozoic Age, Ordovician Period
Age: 490-443 million years |
Cicada
Period: Mesozoic Age, Cretaceous Period Age: 125 million years |
Las Esperanzas de Darwin Frustradas
Aunque los evolucionistas de todo el mundo se han esforzado en demasía por encontrar esos fósiles desde mediados del siglo XIX, aún no se ha hallado ninguna forma transitoria. Todos los restos desenterrados muestran, en oposición a las expectativas de los evolucionistas, que la vida apareció sobre la Tierra de modo repentino y totalmente modelada, es decir, cada criatura se presentó con su estructura completa y la mantuvo siempre.
El conocido paleontólogo británico Derek V. Ager, admite este hecho, aunque él es evolucionista:
Lo que se presenta una y otra vez, si analizamos pormenorizadamente los registros fósiles, ya sea a nivel de órdenes o especies, no es una evolución gradual sino la repentina explosión o aparición de un grupo a expensas de otro.152
A 410-million-year-old fossil coelacanth (above) and a present- day specimen (right)
The fossil record is a great barricade in front of the theory of evolution. The fossil record shows that living species emerged suddenly and fully-formed without any evolutionary transitional form between them. This fact is evidence that species are created separately.
|
Ello significa que en los registros fósiles se advierte que todas las especies surgieron súbitamente, sin formas intermedias en ningún momento. Esto es, precisamente, lo opuesto a las suposiciones de Darwin. Asimismo, es una fuerte evidencia de que los seres vivientes son creados. La única explicación que cabe al hecho de que las especies han surgido de modo súbito y completas con todas sus particularidades, sin que medie ningún proceso evolutivo, es que fueron creadas. Esta realidad es admitida también por el muy conocido biólogo evolucionista Douglas Futuyma:
La creación y la evolución agotan entre ellas las posibles explicaciones del origen de lo viviente. Los organismos vivos aparecieron sobre la Tierra totalmente desarrollados o no. Si no aparecieron totalmente desarrollados, deben haber evolucionado de especies preexistentes por medio de algún proceso de modificación. Si aparecieron en un estado de total desarrollo, en realidad deben haber sido creados por alguna inteligencia omnipotente.153
Los fósiles muestran que cada entidad viviente se presentó sobre la Tierra en un estado perfecto y totalmente desarrollado. Esto significa que “el origen de las especies”, contrariamente a lo que suponía Darwin, no es la evolución sino la creación.
El Embuste de la Evolución Humana
El tema traído a colación más a menudo por los defensores de la teoría de la evolución es el del origen del ser humano. Los darwinistas reivindican que las personas actuales son la resultante de la evolución a partir de un tipo de criatura parecida al mono. Se barrunta que durante ese supuesto proceso evolutivo --iniciado, según la creencia de algunos, hace 4-5 millones de años--, existieron “formas transitorias”. De acuerdo a ese escenario totalmente imaginario, se pueden determinar cuatro “categorías” fundamentales:
1. Australopiteco
2. Homo habilis
3. Homo erectus
4. Homo sapiens
2. Homo habilis
3. Homo erectus
4. Homo sapiens
Los evolucionistas llaman “Australopiteco” (es decir, “mono del Africa del sur”) al supuesto primer ancestro de los seres humanos, el cual es parecido al mono. Estos seres vivientes, en realidad, no son más que una vieja especie de mono ya extinta. El inglés Lord Solly Zuckerman y el profesor norteamericano Charles Oxnard, anatomistas conocidos mundialmente, llevaron a cabo amplias investigaciones sobre varios ejemplares de Australopitecos. Concluyeron que pertenecían a una especie de mono común que se extinguió, sin ninguna semejanza con los humanos.154
Evolutionist newspapers and magazines often print pictures of primitive man. The only available source for these pictures is the imagination of the artist. Evolutionary theory has been so dented by scientific data that today we see less and less of it in the serious press.
|
Los darwinistas denominaron “homo”, es decir, “hombre”, al paso siguiente de “la evolución humana”. Supusieron que esta especie era más desarrollada que los Australopitecos. Inventaron un esquema evolutivo caprichoso por medio de acomodar distintos fósiles de esas criaturas en un orden particular. Ese esquema es imaginario porque nunca se demostró que existiera una relación evolutiva entre dichas clases distintas. Ernst Myr, uno de los principales defensores de la teoría de la evolución en el siglo XX, afirma en su libro A Long Argument que “rompecabezas particularmente históricos, como el del origen de la vida o del Homo Sapiens, son muy difíciles de resolver e incluso pueden quedar sin resolverse”155.
Los evolucionistas ubican de la siguiente manera los eslabones de esa cadena:
Australopiteco > Homo habilis > Homo erectus > Homo sapiens. De ese modo argumentan que cada una de estas especies es el ancestro de la siguiente. Pero los recientes descubrimientos paleoantropológicos han revelado que el Australopiteco, el Homo habilis y el Homo erectus vivieron en distintas partes del mundo en la misma época.156
Además, cierto segmento de los humanos clasificados como Homo erectus han vivido hasta hace muy poco. Los Homo sapiens neanderthalensis y los Homo sapiens sapiens (el ser humano moderno) coexistieron en la misma región.157
Esta situación indicaría que pierde todo valor el supuesto de que uno es ancestro de otro. El paleontólogo evolucionista Stephen Jay Gould de la Universidad de Harvard, explica dicho atolladero de la teoría de la evolución:
¿En qué queda nuestra escala si coexisten tres linajes de homínidos (el Australopiteco africanus, el fornido australopitecino y el Homo habilis) sin que ninguno de ellos derive claramente del otro? Además, ninguno de los tres pone de manifiesto alguna inclinación evolucionista durante su estadía en la superficie terrestre.158
En resumen, el pretendido escenario de la evolución humana que se apoya en diversos dibujos de criaturas “semihumanas – semimonos” que se presentan en los medios de comunicación y en los libros de texto con un objetivo eminentemente propagandístico, no es sino una fábula sin ningún fundamento científico.
Lord Solly Zuckerman, uno de los científicos más conocido y respetado en el Reino Unido, llevó a cabo investigaciones sobre el tema durante mucho tiempo. En particular estudió los fósiles de Australopitecos a lo largo de quince años. Aunque evolucionista, llegó a la conclusión de que en realidad no existe ningún árbol genealógico que emerja de criaturas parecidas al mono y llegue hasta el ser humano moderno.
Zuckerman también hizo un “espectro de la ciencia” muy interesante. Las ubicó en una escala que iba desde las que consideraba más científicas a las que entendía menos científicas. Según Zuckerman, el campo más “científico” de la ciencia, en base a datos concretos, lo ocupan la física y la química. A continuación ubica a las ciencias biológicas y luego a las sociales. En la base del espectro, es decir, en la parte considerada “menos científica”, ubica a la percepción extrasensorial (telepatía, sexto sentido, etc.) y por último a la “evolución humana”. Zuckerman explica su forma de razonar:
Salimos inmediatamente del registro de la verdad objetiva en esos campos que se suponen de la ciencia biológica, como la percepción extrasensorial o la interpretación de la historia fósil del ser humano, donde para el que cree en ello cualquier cosa es posible, e incluso donde el creyente vehemente (en la evolución) es a veces capaz de aceptar al mismo tiempo varias cosas contradictorias.159
La fábula de la evolución humana no es más que el producto de interpretaciones prejuiciosas de algunos fósiles por parte de cierta gente que adhiere ciegamente a su teoría.
¡La Fórmula Darwiniana!
Además de todas las evidencias técnicas vistas hasta ahora, examinemos, una vez más, el tipo de superstición que mantienen los evolucionistas, con un ejemplo tan simple que sea comprensible hasta para los niños.
La teoría de la evolución sostiene que la vida se formó por casualidad. Según este supuesto, los átomos inconscientes e inertes se juntaron para formar células, las que luego dieron lugar de alguna manera a distintos seres vivientes, incluido el ser humano. Meditemos sobre esto. Cuando reunimos los elementos que son los ladrillos de la vida, como ser carbono, fósforo, nitrógeno y potasio, lo único que se constituye es un amontonamiento de los mismos. Independientemente del tratamiento que sufran, este cúmulo de átomos no origina ni siquiera la forma más simple de vida. Si les parece bien, hagamos un “experimento” y examinemos qué es eso que los evolucionistas denominan, en voz baja, “fórmula darwiniana”.
Permitamos que dicha gente llene un gran barril con los elementos químicos presentes en los seres vivos, como ser fósforo, nitrógeno, carbono, oxígeno, hierro y magnesio. Además dejemos que agreguen otros que consideren necesarios aunque no existan bajo condiciones normales. Incluso aceptemos que a esa mezcla incorporen todas las proteínas ―cuya probabilidad de formación de una sola de ellas es de 10-950― y todos los aminoácidos que deseen, los cuales tampoco tienen posibilidad alguna de formarse bajo condiciones naturales. Admitamos a continuación que esa mezcla se exponga a todo el calor y humedad que les guste y que la traten con la tecnología que mejor les venga en ganas y que a ello se aboquen los principales científicos. Luego dejemos que éstos esperen junto a esos barriles billones e incluso trillones de años y que se valgan de todo lo que crean necesario para la constitución de un ser humano.
Hagan lo que hagan, jamás lo conseguirán, como dice un profesor que estudia la estructura de la célula bajo el microscopio electrónico. Tampoco pueden producir jirafas, leones, abejas, canarios, caballos, delfines, rosas, orquídeas, lilas, claveles, bananas, naranjas, manzanas, dátiles, tomates, melones, sandías, higos, aceitunas, uvas, duraznos, pavos reales, faisanes, mariposas multicolores o millones de otros seres vivientes. En verdad, ni siquiera podrán obtener una sola célula de todo lo nombrado.
En resumen, los átomos inconscientes no pueden formar ninguna célula por el solo hecho de amontonarlos. No pueden decidir el proceso de división y transformación de la célula ni tomar otros tipos de decisiones, ni crear los profesores que inventan el microscopio electrónico para examinarlos en su estructura íntima. La materia es un cúmulo de elementos inertes, inconscientes, que se transforman en algo viviente mediante la creación superior de Dios.
La teoría de la evolución, que supone lo opuesto, es una falacia total absolutamente contraria a la razón. El sólo pensar un poco sobre las conjeturas evolucionistas nos revela la realidad manifestada.
La Tecnología del Ojo y del Oído
All its components need to function together and perfectly if the eye is to see at all.
|
La teoría de la evolución aún no puede explicar cómo se ha llegado a una percepción tan excelente con la visión y la audición.
Primero explicaremos brevemente “cómo vemos”. Los rayos de luz que provienen de un objeto, impresionan de manera invertida en la retina del ojo. Entonces esos rayos son transmitidos como señales eléctricas por medio de células y llegan a un punto pequeño en la parte de atrás del cerebro llamado centro de la visión. Esas señales eléctricas son percibidas en dicho centro como una imagen después de una serie de procesos. Con este antecedente técnico, consideremos algunas otras cosas.
El cerebro está aislado de la luz. Eso significa que el cerebro está totalmente en la oscuridad y la luz no llega allí, incluido el centro de la visión, el cual puede ser el lugar más oscuro jamás conocido. Sin embargo, en esa oscuridad extrema usted observa un mundo luminoso, brillante.
La imagen formada en el ojo normal es tan precisa y bien definida que incluso la tecnología del siglo XX no ha sido capaz de obtenerla. Por ejemplo, mire el libro que está leyendo y las manos con las que lo sostiene y luego levante la cabeza para mirar a su alrededor. ¿Ha visto alguna vez imágenes precisas y definidas como ésas en algún aparato? Ni la más elaborada pantalla de TV producida por la mejor empresa del mundo puede proveer imágenes así, es decir, tridimensionales con sus respectivos colores y sumamente definidas. Durante más de cien años miles de ingenieros han intentado alcanzar esa definición fijándose pautas extremadamente elevadas, realizando innumerables investigaciones, planes e invenciones y montando talleres al efecto. Si observa de nuevo la pantalla de TV, el libro que lee y las manos en que lo apoya, verá que hay una gran diferencia de definición y precisión de lo que ve en la pantalla con respecto al libro y sus manos. Además, en la pantalla se ve una imagen bidimensional, en tanto que los ojos contemplan naturalmente de modo tridimensional, con profundidad.
Miles de ingenieros han intentado durante muchos años construir una TV tridimensional y alcanzar la calidad de visión del ojo normal. Consiguieron diseñar un sistema para ello, pero no es posible observarlo sin ponerse unos lentes especiales. Además, se trata solamente de un efecto tridimensional artificial. Por otra parte, cuanto mayor es la formación de manchas o zonas borrosas de fondo, el primer plano aparece más desencajado. Nunca ha sido posible producir una imagen precisa y definida como la del ojo normal. Tanto en la cámara (de filmación o de fotografía) como en la TV existe una pérdida de calidad de imagen.
Los evolucionistas suponen que el mecanismo que produce imágenes precisas y definidas en la percepción humana, se ha constituido por casualidad. Pero si alguien le dice a usted que el aparato de TV que tiene en su casa se formó casualmente al reunirse todos los átomos con un orden determinado, lo más probable es que se ría. Entonces, en el caso de la visión humana ¿cómo los átomos pueden hacer algo que miles de personas no lo logran?
Si no puede formarse de manera casual un dispositivo que produce una imagen más primitiva que la captada por el ojo, es evidente que éste y su visión tampoco pueden ser productos de la casualidad. El mismo criterio se aplica al oído. El oído externo recoge los sonidos disponibles por medio de la aurícula y los dirige al oído medio, el cual transmite las vibraciones intensificándolas. El oído interno envía dichas vibraciones al cerebro en la forma de señales eléctricas. Como sucede con la vista, el acto de oír finaliza en el centro de la audición en el cerebro.
Lo que sucede con el ojo es también valedero para el oído. Es decir, el cerebro está aislado del sonido externo como de la luz: en su interior no hay sonido. Por lo tanto, no importa el tipo de ruido que haya en el exterior. En el interior del cerebro hay un silencio completo. Sin embargo, el cerebro percibe sonidos extraordinarios, como la sinfonía de una orquesta y todos los ruidos de una plaza colmada de gente. Si con un dispositivo especial se midiese el nivel de sonido en el cerebro, se comprobaría que allí existe un silencio completo.
Como en el caso de las imágenes, se han invertido décadas de esfuerzos para reproducir sonidos fieles al original. A pesar de todo lo hecho, hasta ahora no se ha logrado ninguno con la misma definición y claridad. Incluso en los sistemas de más alta fidelidad hay una pérdida de definición o se oye un silbido antes que comience la música. Sin embargo, los sonidos captados por la tecnología del cuerpo humano son extremadamente definidos y claros. El oído humano normal nunca lo capta acompañado de un silbido o con parásitos atmosféricos, cosas que se presentan en equipos de alta fidelidad. Lo percibe exactamente como es, preciso e impoluto. Así ha sido desde la creación del ser humano.
Hasta ahora ningún aparato reproductor de sonidos o captador de imágenes visuales, producido por el ser humano, ha llegado a lograr la sensibilidad del oído o del ojo.
De todos modos, en lo que concierne a la visión y la audición hay una realidad superior que se ubica más allá de todo esto.
¿A Quién Pertenece la Conciencia que Ve y Oye Dentro del Cerebro?
We live our whole life in our brains. People we see, flowers we smell, music we hear, fruit we taste, the moisture we feel with our hands-all these are impressions that become "reality" in the brain. But no colors, voices or pictures exist there. We live in an environment of electrical impulses. This is no theory, but the scientific explanation of how we perceive the outside world.
|
¿Quién es el que observa un mundo seductor, oye el gorjeo de los pájaros y huele las rosas en su cerebro?
Los estímulos que provienen de los ojos, oídos y nariz del ser humano viajan al cerebro como impulsos nerviosos electroquímicos. En los libros de biología, fisiología y bioquímica podemos encontrar muchos detalles acerca de cómo se forman las imágenes en el cerebro. Sin embargo, nunca veremos que se trate el hecho más importante acerca de esto: ¿Quién es el que percibe en el cerebro esos impulsos nerviosos electroquímicos bajo la forma de imágenes, sonidos, olores y sucesos sensibles? ¿Hay en el cerebro una conciencia que percibe todo eso sin que le hagan falta los ojos, los oídos y la nariz? ¿A quién pertenece esa conciencia? Es indudable que no pertenece a los nervios, a la capa de grasa ni a las neuronas que constituyen el cerebro. A eso se debe que los darwinistas-materialistas no pueden responder las preguntas que hacemos, pues creen que todo se compone de materia.
La conciencia de la que hablamos es el espíritu creado por Dios y no necesita de los ojos para observar las imágenes ni los oídos para escuchar los sonidos. Por otra parte, tampoco necesita el cerebro para pensar.
Cualquiera que lea esta realidad explícita y científica debería ponderar la existencia de Dios todopoderoso, reverenciarle y buscar refugio en El, Quien comprime todo el universo en un punto oscuro de unos pocos centímetros, bajo una forma tridimensional, en colores, con sus luces y sombras.
Una Fe Materialista
La información brindada hasta ahora nos exhibe que la teoría de la evolución es una pretensión en discrepancia con los descubrimientos científicos. La suposición de la teoría respecto al origen de la vida es contradictoria con la ciencia. Los mecanismos evolutivos que propone no poseen ninguna capacidad evolutiva y los fósiles demuestran que las formas intermedias requeridas por la teoría no existieron nunca. En consecuencia, la lógica indica que la teoría de la evolución debería ser descartada por ser una idea sin fundamentos científicos. Otras ocurrencias de esas características, como la que sostenía que la Tierra era el centro del universo, han sido totalmente desechadas del orden del día de la ciencia a lo largo de la historia.
Sin embargo, la teoría de la evolución es mantenida en la agenda del saber. Algunos intentan presentar las críticas que se le hacen como “un ataque al pensamiento científico”. ¿Por qué?
La razón estriba en que la teoría de la evolución es una creencia dogmática indispensable para algunos círculos ciegamente devotos de la filosofía materialista. Esos individuos adoptaron el darwinismo porque resulta la única explicación materialista a la que pueden recurrir quienes se dedican al estudio de la naturaleza.
Es bastante interesante saber que esas mismas personas, de vez en cuando, confiesan la realidad que exponemos antes. Richard L. Lewontin, un conocido genetista y vocero evolucionista de la Universidad de Harvard, confiesa que él es “primero y antes que nada materialista y después científico”:
No es que los métodos e instituciones científicas nos obliguen de alguna manera a aceptar una explicación material del mundo fenomenal, sino que, por el contrario, estamos forzados por nuestra adhesión a priori a la causa materialista a crear un aparato de investigación y un conjunto de conceptos que produzcan explicaciones materialistas, sin importar lo desconcertante, lo contrario al conocimiento (que resulte) para el no iniciado. Además, el materialismo es absoluto, por lo que no nos podemos permitir en el umbral un Pie Divino.160
Se trata de una explícita manifestación de que el darwinismo es un dogma mantenido vivo en consideración de su adhesión a la filosofía materialista. Este dogma sostiene que no hay nada aparte de la materia. En consecuencia asegura que la materia inanimada e inconsciente creó la vida y hace hincapié en que millones de distintas especies vivientes --pájaros, peces, jirafas, tigres, insectos, árboles, flores, ballenas, seres humanos-- se originaron como resultado de interacciones entre las lluvias, los relámpagos y otros elementos de la materia inanimada. Pero esto es un precepto contrario a la razón y a la ciencia. No obstante, los darwinistas continúan defendiendo esa posición con el objeto de “no permitir un Pie Divino en la puerta”.
A cualquiera que razone sobre la aparición de la vida, sin un prejuicio materialista, se le presentará como una verdad evidente que surge de la acción de un Creador, Todopoderoso, Omnisciente y Omnisapiente. Dicho Creador es Dios, Quien creó lo existente de la no existencia, lo diseñó de la manera más apropiada y dio forma a todo, incluido lo viviente.
La Teoría de la Evolución Resultó el Hechizo Más Eficaz en el Mundo
Es evidente que toda persona libre de prejuicios y de la influencia de cualquier ideología, que se vale solamente de la lógica y de la razón, comprenderá claramente que es totalmente imposible creer en la teoría de la evolución, pues induce a aceptar las supersticiones de las sociedades totalmente incivilizadas y carentes de todo conocimiento científico.
Como explicamos antes, quienes creen en la teoría de la evolución piensan que con sólo arrojar átomos y moléculas en un gran tanque podrían producir profesores, estudiantes universitarios y científicos del nivel de Einstein y Galileo, artistas de la categoría de Humphrey Bogart, Frank Sinatra y Pavarotti, como así también limoneros, antílopes y clavelinas.
Además, quienes creen en semejante sin sentido, son personas cultas, preparadas intelectualmente, con nivel académico. Por eso mismo nos parece absolutamente justificable considerar a la teoría de la evolución como el hechizo más formidable en la historia del ser humano. Nunca antes otra creencia o idea, a modo de venda sobre el entendimiento, había convertido en irracionales a tantas personas velándoles la verdad e impidiéndoles un pensamiento lógico o inteligente. Se trata de una ceguera de la comprensión increíble, peor incluso que la de los egipcios adoradores del dios sol Ra, peor que la de algunos africanos que veneran a los totems, peor que la del pueblo de Saba idólatra del sol, peor que la de la tribu del profeta Abraham que reverenciaba a ídolos hechos con sus propias manos o peor que la del pueblo de Moisés que se prosternaba ante el Becerro de Oro.
In the same way that the beliefs of people who worshipped crocodiles now seem odd and unbelievable, so the beliefs of Darwinists are just as incredible. Darwinists regard chance and lifeless, unconscious atoms as a creative force, and are as devoted to that belief as if to a religion.
|
En realidad, el encontrarse en esa situación es algo irracional. A ello se refiere Dios en el Corán cuando en muchos versículos revela que el entendimiento de diversas personas será velado y serán incapaces de ver la verdad:
Da lo mismo que adviertas o no a los infieles: no creen. Dios ha sellado sus corazones y oídos; una venda cubre sus ojos y tendrán un castigo terrible (Corán, 2:6-7).
...Tienen corazones con los que no comprenden, ojos con los que no ven, oídos con los que no oyen. Son como rebaños. No, aún más extraviados. Esos tales son los que no se preocupan (Corán, 7:179).
Aun si les abriéramos una puerta del cielo y pudieran ascender a él, dirían: “Nuestra vista ha sido enturbiada nada más, o, más bien, se nos ha hechizado” (Corán, 15:14-15).
Las palabras no pueden expresar lo sorprendente que es que dicho hechizo se haya conservado durante ciento cincuenta años, manteniendo esclava y alejada de la verdad a una parte tan amplia de la sociedad. Más incomprensible aún es que unos pocos individuos, o uno solo, creasen e impusiesen escenarios imposibles y suposiciones plagadas de estupideces y falta de lógica. Solamente se puede explicar como “mágico” el hecho de que gente en todo el mundo crea que átomos inconscientes e inanimados decidieron de modo repentino juntarse y formar un universo que funciona con un sistema de organización y disciplina sin tacha, constituir el planeta Tierra con todas sus características tan perfectamente apropiadas para la vida, dar lugar a criaturas vivientes con incontables sistemas complejos y a los seres humanos con razonamiento y conciencia.
En realidad, Dios revela en el Corán en el incidente del Profeta Moisés y Faraón, que quienes respaldan filosofías ateas influencian sobre otras personas mediante lo mágico. Cuando a Faraón se le habló de la religión verdadera, ordenó que el profeta Moisés se reúna con sus magos. Al producirse ese encuentro el profeta Moisés les dijo que demuestren sus capacidades. El versículo continúa:
Dijo (Moisés): “¡Tirad vosotros!”. Y, cuando tiraron, fascinaron los ojos de la gente y les aterrorizaron. Vinieron con un encantamiento poderoso (Corán, 7:116).
Como vemos, los magos de Faraón eran capaces de engañar a cualquiera pero no al profeta Moisés y a quienes le seguían. De todos modos, la evidencia presentada por el profeta Moisés rompió el hechizo o, como dice el versículo que sigue, engulló sus mentiras:
E inspiramos a Moisés: “¡Tira tu vara!”. Y he aquí que ésta engulló sus mentiras. Y se cumplió la Verdad y resultó inútil lo que habían hecho. Fueron, así, vencidos y se retiraron humillados (Corán, 7:117-119).
Es decir, cuando se comprobó que quienes habían arrojado primero un hechizo sobre otros a lo único que dieron lugar fue a una situación ilusoria, perdieron toda credibilidad. También en la actualidad, quienes caen bajo la influencia de un hechizo semejante y creen en esas suposiciones ridículas disfrazadas de científicas y se pasan la vida defendiéndolas, se sentirán mortificados cuando se presente la verdad plena y el hechizo se rompa. Efectivamente, Malcom Muggeridge, renombrado filósofo y escritor británico también dijo que:
Estoy convencido de que la teoría de la evolución, especialmente en el grado en que ha sido aplicada, servirá para hacer grandes bromas en los libros de historia del futuro. La posteridad se maravillará de que hipótesis tan endebles e inciertas pudieran ser aceptadas con la credulidad increíble demostrada.161
Ese futuro no está muy lejos. Por el contrario, la gente verá enseguida que la “casualidad” no es un dios y reflexionará sobre la teoría de la evolución para llegar a considerarla el peor engaño y el hechizo más terrible acontecido en el mundo. Son muchos los que ya ven el verdadero rostro de la teoría de la evolución y se preguntan asombrados cómo es posible que se hayan dejado atrapar por la misma.
Dijeron: “¡Gloria a Ti!
No sabemos más que lo que Tú nos has enseñado.
Tú eres, ciertamente, el Omnisciente, el Sabio”.
(Corán, 2:32)
No sabemos más que lo que Tú nos has enseñado.
Tú eres, ciertamente, el Omnisciente, el Sabio”.
(Corán, 2:32)
Notes
1. Sidney Fox, Klaus Dose, Molecular Evolution and The Origin of Life, W. H. Freeman and Company, San Francisco, 1972, p. 4.
2. Alexander I. Oparin, Origin of Life, Dover Publications, NewYork, 1936, 1953 (reprint), p. 196.
3. "New Evidence on Evolution of Early Atmosphere and Life," Bulletin of the American Meteorological Society, vol 63, November 1982, 1328-1330.
4. Stanley Miller, Molecular Evolution of Life: Current Status of the Prebiotic Synthesis of Small Molecules, 1986, p. 7.
5. Jeffrey Bada, Earth, February 1998, p. 40.
6. Leslie E. Orgel, "The Origin of Life on Earth," Scientific American, vol. 271, October 1994, p. 78.
7. Charles Darwin, The Origin of Species by Means of Natural Selection, The Modern Library, New York, p. 127.
8. Charles Darwin, The Origin of Species: A Facsimile of the First Edition, Harvard University Press, 1964, p. 184.
9. B. G. Ranganathan, Origins?, Pennsylvania: The Banner of Truth Trust, 1988, p. 7.
10. Charles Darwin, The Origin of Species: A Facsimile of the First Edition, p. 179.
11. Charles Darwin, The Origin of Species, p. 172.
12. Derek A. Ager, "The Nature of the Fossil Record," Proceedings of the British Geological Association, vol 87, 1976, p. 133.
13. Douglas J. Futuyma, Science on Trial, Pantheon Books, New York, 1983, p. 197.
14. Solly Zuckerman, Beyond The Ivory Tower, Toplinger Publications, New York, 1970, 75-14; Charles E. Oxnard, "The Place of Australopithecines in Human Evolution: Grounds for Doubt", Nature, vol 258, 389.
15. "Could science be brought to an end by scientists' belief that they have final answers or by society's reluctance to pay the bills?" Scientific American, December 1992, p. 20.
16. Alan Walker, Science, vol. 207, 7 March 1980, p. 1103; A. J. Kelso, Physical Antropology, 1st ed., J. B. Lipincott Co., New York, 1970, p. 221; M. D. Leakey, Olduvai Gorge, vol. 3, Cambridge University Press, Cambridge, 1971, p. 272.
17. Jeffrey Kluger, "Not So Extinct After All: The Primitive Homo Erectus May Have Survived Long Enough To Coexist With Modern Humans," Time, 23 December 1996.
18. S. J. Gould, Natural History, vol. 85, 1976, p. 30.
19. Solly Zuckerman, Beyond The Ivory Tower, p. 19.
20. Richard Lewontin, "The Demon-Haunted World," The New York Review of Books, January 9, 1997, p. 28.
21. Malcolm Muggeridge, The End of Christendom, Grand Rapids: Eerdmans, 1980, p. 43.
Hiç yorum yok:
Yorum Gönder